Volver a disfrutar
El mismo día que cumplía 41 años, Alejandro Valverde regaló a todos sus seguidores una fantástica carrera en la clásica más antigua del circuito internacional. Lieja-Bastoña-Lieja, palabras mayores, se resolvió con un cuarto puesto para el murciano que no describe ni de lejos las emociones vividas durante los kilómetros finales, los decisivos en un largo día de casi 259.
La Roche-aux-Façons volvió a dinamitar el grupo de favoritos, si bien la carrera se lanzó antes desde La Redoute por el alto ritmo impuesto por INEOS. Valverde, que hasta entonces había mostrado unas excelentes piernas, saltó a la rueda de Woods, Pogaçar, Gaudu y Alaphilippe para abrir un hueco que nadie por atrás pudo recortar. Restaban sólo 13 kilómetros.
Antes, Carlos Verona había realizado una fantástica labor dando caza a un peligroso grupo donde se encontraban ciclistas como Adam Yates, Carapaz o el propio Pogaçar. El joven esloveno, ganador del pasado Tour de Francia, acababa superando a Alaphilippe y Gaudu en un sprint que Valverde lanzó de lejos, como en Innsbruck. Sin podio pero con la seguridad de que Alejandro Valverde se mantiene más de década y media después entre los mejores ciclistas del pelotón.
Declaraciones: “Pienso que hemos estado bien, aguantando hasta el final con los mejores y con opciones de victoria hasta los últimos metros. Quiero felicitar a todo el equipo: han estado ahí, teniendo mucha presencia, trabajando de salida, con gente en todo momento en la persecución y los cortes, Verona en la parte final echándome una mano… Hemos podido entrar en la selección en la Roche, pero en el sprint me han dejado todo el peso y he aguantado hasta donde he podido. Me habría gustado hacer podio, claro -y ganar sería la leche-, pero hay que estar contentos“.
Foto: Bettini Photo